¿Se te duermen las manos y te han dicho que tienes una hernia cervical? Cuidado: la causa podría no estar en tu cuello

 

Cada semana en consulta recibimos pacientes que se quejan de hormigueos, pérdida de fuerza, entumecimiento o incluso pérdida de sensibilidad en las manos. El diagnóstico más habitual que traen bajo el brazo es una hernia discal cervical, detectada en una resonancia magnética. Y el relato es casi siempre el mismo: "Me han dicho que la hernia es la que me está provocando todos estos síntomas".

Pero cuando les preguntas si han sufrido algún traumatismo, golpe fuerte o accidente que justifique la aparición súbita de esa hernia, la respuesta es clara: no.

Y ahí empieza el error.

Una hernia sin traumatismo no aparece de la nada

Cuando una persona desarrolla una hernia discal sin una causa directa y violenta que la haya desencadenado, esa lesión no debe verse como el origen del problema, sino como la consecuencia final de una disfunción biomecánica mantenida en el tiempo.

El cuerpo, cuando no funciona bien, no grita al principio. Susurra. Se adapta. Y cuando ya no puede más, entonces grita. Ese grito es el dolor… o los síntomas neurológicos.

Entonces, ¿dónde está realmente el problema?

En el 80% de los casos que vemos en consulta, el verdadero origen de esa compresión cervical y de esos síntomas de brazos o manos no está en el cuello, sino en un patrón postural alterado que se ha instaurado durante años sin corregir:

  • Hombros en rotación interna constante

  • Cifosis dorsal (la clásica “chepa”)

  • Escápulas elevadas y separadas del tronco

  • Colapso de la musculatura estabilizadora torácica y cervical

  • Rigidez en la musculatura del pecho y la parte alta de la espalda

Este patrón postural altera por completo el equilibrio de cargas del raquis y genera una compresión crónica sobre la columna cervical.

¿Por qué los síntomas se manifiestan en las manos?

Porque el sistema nervioso es muy claro:
Las raíces nerviosas que inervan brazos y manos salen desde la región cervical (principalmente entre C5 y T1).
Si la estructura cervical pierde su curvatura natural, y encima se ve sometida a mayor tensión por culpa de un patrón escapular disfuncional, esos nervios pueden quedar comprometidos.

Y cuando un nervio se comprime, responde con dolor, pérdida de fuerza, hormigueos o entumecimiento.

Resonancia ≠ diagnóstico completo

La resonancia puede mostrar una hernia.
Pero eso no significa que esa hernia sea la responsable directa de tus síntomas.
La imagen nunca puede sustituir a una valoración funcional completa.

Elliott JM et al. (2020) demostraron en un estudio publicado en Spine Journal que más del 70% de los pacientes con síntomas neurológicos cervicales presentaban alteraciones escapulares. Y lo más interesante: tras la corrección postural y escapular, sus síntomas disminuyeron sin necesidad de cirugía.

¿Cómo lo tratamos desde el Método SRC?

En nuestra unidad de recuperación de columna vertebral, cuando un paciente llega con esta sintomatología, no le tratamos el cuello directamente, al menos no de forma aislada. Porque si lo hiciésemos, estaríamos ignorando la causa real.

Nuestro enfoque se basa en:

  • Mejorar la movilidad torácica y corregir la cifosis

  • Reeducar la posición de las escápulas y la postura global del hombro

  • Recuperar la elasticidad de la musculatura anterior del tronco

  • Liberar la tensión de la musculatura cervical profunda

  • Trabajar la fuerza estabilizadora progresiva, sin generar más compresión

Solo así podemos reducir la compresión cervical, recuperar el espacio intervertebral y, con ello, eliminar los síntomas desde la causa y no desde la consecuencia.

Conclusión: no todo lo que parece cervical es cervical

La pérdida de fuerza en las manos, los hormigueos o los síntomas neurálgicos no son necesariamente culpa de tu cuello.
En la mayoría de los casos, el cuello es la víctima de una cadena de errores biomecánicos que empiezan en la zona dorsal y escapular.

Si no lo entiendes así, solo estarás apagando fuegos.
Pero si corriges el origen, no solo recuperarás tu funcionalidad, sino que prevenirás lesiones futuras que aún no han aparecido.

¿Quieres entenderlo con más detalle?

Te dejo a continuación el vídeo de mi canal de YouTube donde explico, paso a paso, cómo detectar este tipo de casos, qué pruebas debes hacerte y cómo podemos ayudarte a eliminar esta sintomatología desde el origen del problema.

¿Te han diagnosticado una hernia sin que hayas tenido un accidente? ¿Te dijeron que la única solución es la cirugía?

Es posible que nadie esté mirando donde realmente está el origen de tus síntomas.

Comparte este artículo con quien lo necesite. Puede evitar una operación innecesaria.



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